Terapia hormonal y cáncer de mama de inicio temprano
Fecha
29 jul 2025
Resumen
¿Influye la terapia hormonal en el riesgo de cáncer de mama en mujeres jóvenes de la misma manera que en las posmenopáusicas? Un exhaustivo análisis conjunto de cohortes prospectivas ha investigado la asociación entre el uso de terapia hormonal y el cáncer de mama de inicio temprano. Los resultados sugieren patrones de riesgo que, en gran medida, son paralelos a los observados en mujeres posmenopáusicas, proporcionando evidencia crucial para futuras recomendaciones clínicas.
Autor/a

Diana Darriba
La terapia hormonal combinada de estrógenos + progestina es un factor de riesgo establecido para el cáncer de mama en mujeres posmenopáusicas. Sin embargo, la investigación sobre esta asociación en mujeres jóvenes (que pueden usar terapia hormonal tras cirugías ginecológicas o para aliviar síntomas perimenopáusicos) ha sido menos estudiada y ha aportado resultados inconsistentes debido a la falta de estudios a gran escala. Dado que la menopausia natural ocurre en promedio a los 52 años, y los síntomas perimenopáusicos pueden comenzar antes, existía una importante brecha de conocimiento en la evaluación de los riesgos asociados con el uso de terapia hormonal en la perimenopausia y premenopausia. Este estudio colaborativo se propuso abordar esta deficiencia, proporcionando evidencia empírica para informar las recomendaciones clínicas en mujeres jóvenes.
🩺 ¿Qué estudiaron?
Se realizó un análisis de cohortes agrupadas, el más grande y completo en su tipo hasta la fecha. Se utilizaron datos individuales de 10 cohortes prospectivas, incluidas en el Grupo Colaborativo de Cáncer de Mama Premenopáusico, de América del Norte, Europa, Asia y Australia. Las cohortes siguieron a las participantes para identificar nuevos casos de cáncer de mama hasta los 55 años.
El análisis incluyó a 459.476 mujeres de entre 16 y 54 años (edad media de 42,0 años). Se recopiló información sobre el uso de terapia hormonal al inicio del estudio, incluyendo el tipo (solo estrógenos, estrógenos + progestina, ambos o "otros"), duración del uso acumulado y edad de inicio. Se consideró "uso a largo plazo" aquel superior a 2 años. Además, se recogieron datos sobre el estado de cirugía ginecológica (histerectomía, ooforectomía bilateral) y una amplia gama de covariables (edad, IMC, raza, paridad, historial familiar de cáncer de mama, etc.).
Para evaluar las asociaciones entre la terapia hormonal y la incidencia de cáncer de mama de inicio temprano (definido como cáncer de mama diagnosticado antes de los 55 años), se utilizaron modelos de regresión de riesgos proporcionales de Cox estratificados por cohorte y ajustados por múltiples variables. También se estimaron las diferencias de riesgo basadas en el riesgo acumulado hasta los 55 años.
🔎 ¿Qué encontraron?
De las 459.476 mujeres incluidas en el análisis del tipo de terapia hormonal, 8.455 (2,0%) desarrollaron cáncer de mama de inicio temprano durante una mediana de seguimiento de 7,8 años. Aproximadamente el 15% de las participantes informó haber usado terapia hormonal (6% estrógenos + progestina, 5% estrógenos solos). El riesgo acumulado de cáncer de mama de inicio temprano en mujeres no usuarias fue del 4,1%.
📍 Los hallazgos clave fueron:
El uso de cualquier tipo de terapia hormonal no se asoció con el cáncer de mama de inicio temprano (HR 0,96 [IC 95%: 0,88-1,04]).
La terapia sola con estr ógenos se asoció inversamente con el cáncer de mama de inicio temprano (HR 0,86 [IC 95%: 0,75-0,98]). Esta asociación inversa, similar en todos los subtipos, fue más pronunciada en usuarias a largo plazo (>2 años: HR 0,80 [IC 95%: 0,66-0,96]) y en aquellas que iniciaron el tratamiento antes de los 45 años (HR 0,77 [IC 95%: 0,65-0,92]), siendo las asociaciones consistentes en mujeres con o sin cirugías ginecológicas previas.
La terapia de estrógenos + progestina, en cambio, se asoció positivamente con una mayor incidencia de cáncer de mama de inicio temprano (HR 1,10 [IC 95%: 0,98-1,24]). De igual modo que en el caso anterior, las asociaciones fueron más evidentes con el uso a largo plazo (>2 años: HR 1,18 [IC 95%: 1,01-1,38]) y el uso actual (HR 1,21 [IC 95%: 1,06-1,38]). Esta asociación fue más fuerte en mujeres que no habían sido sometidas a histerectomía ni ooforectomía bilateral (HR 1,15 [IC 95%: 1,02-1,31]). Además, la terapia de estrógenos + progestina se asoció más fuertemente con el cáncer de mama receptor de estrógenos negativo (HR 1,44 [IC 95%: 1,11-1,88]) y el triple-negativo (HR 1,50 [IC 95%: 1,02 a 2,20]) que con otros subtipos.
Resumidos, los hallazgos clave son:
Tipo de Terapia Hormonal y Uso | HR (IC 95%) | Asociación con el cáncer de mama |
Estrógenos, alguna vez | 0,86 (0,75 a 0,98) | Inversamente asociada |
>2 años de uso | 0,80 (0,66 a 0,96) | Asociación inversa más fuerte |
Inicio <45 años | 0,77 (0,65 a 0,92) | Asociación inversa más fuerte |
Estrógenos + progestina, alguna vez | 1,10 (0,98 a 1,24) | Positivamente asociada (marginalmente no significativa) |
>2 años de uso | 1,18 (1,01 a 1,38) | Asociación positiva más fuerte |
Uso actual | 1,21 (1,06 a 1,38) | Asociación positiva más fuerte |
Sin cirugía ginecológica | 1,15 (1,02 a 1,31) | Asociación positiva más fuerte |
Subtipo RE-negativo | 1,44 (1,11 a 1,88) | Mayor asociación positiva |
Subtipo triple-negativo | 1,50 (1,02 a 2,20) | Mayor asociación positiva |
📝 En resumen...
Este vasto análisis colaborativo proporciona evidencia robusta sobre la relación entre la terapia hormonal y el riesgo de cáncer de mama de inicio temprano, una población previamente poco estudiada. Los hallazgos confirman que el uso de terapia de estrógenos sola se asocia inversamente con el cáncer de mama de inicio temprano, mientras que la terapia de estrógenos + progestina se asocia con una mayor incidencia, especialmente en mujeres con útero y ovarios intactos.
Un descubrimiento notable es la fuerte asociación positiva entre la terapia de estrógenos + progestina y los subtipos de cáncer de mama receptor de estrógenos negativo y triple-negativo, lo que sugiere un papel de las hormonas incluso en tumores que tradicionalmente no se consideran hormonosensibles.
Estos resultados, en gran medida, son paralelos a los de estudios previos en mujeres posmenopáusicas, y ofrecen información clave para establecer recomendaciones clínicas para mujeres más jóvenes. Esta investigación es fundamental para informar a los oncólogos sobre cómo las decisiones relacionadas con la terapia hormonal pueden influir en el riesgo de cáncer de mama en una población donde la orientación ha sido históricamente escasa. El estudio destaca la importancia de considerar el tipo y la duración de la terapia hormonal, así como el historial de cirugías ginecológicas, al evaluar el riesgo individual.
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