Diagnóstico en la primera mamografía: una alerta sobre la supervivencia de las pacientes

El estudio retrospectivo analizó la supervivencia global (OS) y la supervivencia libre de recurrencia (RFS) en mujeres de entre 40 y 45 años diagnosticadas con cáncer de mama según si era su primera mamografía o si ya estaban bajo supervisión periódica con anterioridad. 

📊 Resultados principales

Se incluyeron 738 mujeres diagnosticadas entre 2010 y 2019:

• 218 (29.5%) fueron diagnosticadas en su primera mamografía.

• 520 (70.5%) en mamografías de seguimiento.

  
  

Tabla de supervivencia: 

Además, las recurrencias a distancia fueron más frecuentes en el grupo de primera mamografía (16% a 5 años vs. 8%, p = 0.03).

El análisis multivariante confirmó que el diagnóstico en la primera mamografía se asocia con peor supervivencia global (HR = 1.73; p = 0.04), incluso ajustando por estadio clínico y factores tumorales.

⚠️ Desigualdades raciales marcadas

El estudio revela importantes disparidades raciales:

• Las mujeres negras presentaron peor supervivencia global a 5 y 10 años (86% y 68%), frente a las mujeres blancas (93% y 89%) y de otros grupos raciales (97% y 97%) (p = 0.002).

  
  

• Además, el 47.6% de las mujeres negras fueron diagnosticadas en su primera mamografía, comparado con solo el 26,6% de las mujeres blancas.

Esta diferencia podría deberse a una mayor frecuencia de tumores triple negativos (TNBC) y a una mayor proporción de casos avanzados en el momento del diagnóstico.

🔬 Limitaciones del estudio y próximos pasos

• Estudio retrospectivo y unicéntrico.

  
  

• Representación limitada de minorías raciales fuera de mujeres blancas y negras.

  
  

• 17.2% de pacientes sin seguimiento documentado.

🧩 Conclusiones

Ser diagnosticada en la primera mamografía se asocia con una supervivencia menor y un riesgo más alto de recurrencia en mujeres jóvenes, afectando de manera desproporcionada a mujeres negras. 

Los hallazgos apoyan la importancia de iniciar un cribado regular a partir de los 40 años y establecer directrices claras y equitativas para comenzar el cribado mamográfico a los 40 años para mejorar la detección precoz, reducir la mortalidad y disminuir las desigualdades en salud.

Se necesita una cohorte multiinstitucional y más diversa para validar estos hallazgos y entender mejor el impacto del cribado según raza y otros determinantes sociales.