Revisión y manejo de lesiones precancerosa en páncreas
Fecha
26 jun 2024
Resumen
¿Cómo están clasificadas las lesiones premalignas del páncreas? ¿Qué enfoque se debe tener al abordar una de estas lesiones? ¿Cómo tratarlas? el doctor Pascal Hammel, respondió estás dudas en su presentación durante #ESMOGI24.
Las lesiones que pueden considerarse premalignas en páncreas incluyen la neoplasia pseudopapilar sólida, el tumor mucinoso papilar ductal y el cistoadenoma mucinoso, sin embargo, la neoplasia intraepitelial del ducto pancreático es la lesión que tiene una tasa de convertirse en maligna de más de 50%. Estas lesiones son de difícil diagnóstico porque son asintomáticas, su localización suele ser localizada, difusa o única, aunque son visibles a través de los estudios imagenológicos.
Las guías europeas sugieren vigilancia de las lesiones con resonancia magnética cada 6 meses y luego anual si el paciente no presenta síntomas y se considera evaluar necesidad de cirugía en todas las lesiones de acuerdo con las características del paciente. Además recomiendan tener en cuenta factores de riesgo como Diabetes mellitus, aumento del tamaño de los quistes, ictericia, riesgo de displasia entre otros.
Es importante tener en cuenta algunas características que son preocupantes como que el paciente presente una pancreatitis aguda, se aumenten los niveles de CA 19.9, que en la imagen diagnóstica el tamaño del quiste sea >3 cm, que haya linfadenopatías, cambio en el tamaño del ducto pancreático, con atrofia del ducto distal, engrosamiento de las paredes de los quistes. y también se han definido características de “estigma de alto riesgo” como lo son la ictericia obstructiva, engrosamiento de la pared del quiste de más de 5 mm, o sospecha o resultado positivo de la citología y aumento del tamaño del ducto >10mm.
Aclarando estos conceptos, el doctor Pascal Hammel, Villejuif, France presenta que el manejo de estas lesiones si o si deben ser quirúrgicas si el estado funcional del paciente lo permite y si no es posible, hacer un vigilancia estricta tanto de factores de riesgo como de toma de tomografía o de resonancia de acuerdo con el tamaño de la lesión cada 6 meses o cada año.
Así como menciona que es necesario evaluar el riesgo beneficio con la cirugía en pros y contras de acuerdo con las características del paciente, sus aprobación o no de ser llevado a cirugía, el riesgo de mortalidad de resecar esas lesiones y evaluar cual es la posibilidad de recurrencia, pues estas lesiones suelen reaparecer.
Este tipo de lesiones deben ser evaluadas con rapidez, pero la decisión terapéutica no debe ser tomada con urgencias, se requiere de un grupo multidisciplinario, con experiencia.
Concluye en su presentación que hasta el momento no hay un esquema de tamizaje contundente para pacientes con antecedente de cáncer pancreático en la familia y se necesita seguir trabajando e investigando la mejor opción para determinarlo.