Imatinib a largo plazo: nueva esperanza para pacientes con GIST de alto riesgo
Fecha
4 oct 2024
Resumen
Un reciente editorial publicado en Annals of Oncology, por los investigadores T. Nishida y R. L. Jones, analiza los resultados de estudios sobre la terapia adyuvante a largo plazo con imatinib en pacientes con tumores estromales gastrointestinales (GIST) de alto riesgo.
Este tratamiento ha demostrado mejorar la supervivencia libre de enfermedad, abriendo nuevas posibilidades para la personalización de la duración del tratamiento.
Los doctores Nishida y Jones destacan la evolución del tratamiento con imatinib para GIST, subrayando que ha cambiado radicalmente la expectativa de vida de los pacientes con enfermedad metastásica o recurrente. Antes de la introducción de los inhibidores de tirosina quinasa, la mediana de supervivencia de estos pacientes era de apenas 1.5 años; hoy, supera los cinco años gracias a imatinib.
Resaltan los doctores que los pacientes con GIST de alto riesgo tras la cirugía curativa, son un grupo con una probabilidad de recurrencia superior al 35-40% y la duración óptima del tratamiento adyuvante con imatinib sigue siendo un tema de debate. Aunque los ensayos clínicos han demostrado que tres años de tratamiento es superior a uno en términos de supervivencia libre de enfermedad, aún queda por determinar si una mayor duración podría ofrecer más beneficios.
Los autores mencionan un estudio reciente que compara tres años frente a seis años de tratamiento adyuvante con imatinib. Los resultados mostraron que prolongar la terapia hasta seis años mejora significativamente la supervivencia libre de enfermedad en comparación con los tres años, sin que esto aumente el riesgo de resistencia secundaria al imatinib, una preocupación frecuente entre los oncólogos.
En términos de efectos adversos, se evidencia que, aunque el imatinib es generalmente bien tolerado, los pacientes deben equilibrar los beneficios de la terapia a largo plazo con la posibilidad de efectos secundarios continuos y el impacto económico de un tratamiento prolongado. Los autores reconocen que no todos los pacientes están dispuestos a continuar la terapia durante más de tres años, especialmente aquellos con riesgos de recurrencia más bajos.
Finalmente, Nishida y Jones subrayan que el tratamiento a largo plazo con imatinib podría ser más adecuado para pacientes con un alto riesgo de recurrencia, como aquellos con mutaciones en el exón 11 del gen KIT. Sin embargo, los pacientes con menor riesgo podrían optar por detener el tratamiento a los tres años sin comprometer significativamente su pronóstico.
Los doctores concluyen que extender el tratamiento adyuvante con imatinib más allá de los tres años podría beneficiar a ciertos pacientes con GIST de alto riesgo, mejorando su supervivencia libre de enfermedad sin aumentar significativamente los riesgos de resistencia o efectos secundarios.