Cambio en las recomendaciones de mamografía sigue generando controversia
Fecha
19 sept 2023
Resumen
Un grupo de médicos de atención primaria estadounidenses debaten sobre la utilidad de la mamografía en mujeres de 40 años basados en evidencia científica
El Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de los Estados Unidos (USPSTF) ha propuesto un cambio significativo en las recomendaciones de cribado de cáncer de mama, reduciendo la edad de inicio de las mamografías de 50 a 40 años. Esta decisión ha generado un intenso debate en la comunidad médica y entre expertos de salud. Según datos del Sistema Nacional de Estadísticas Vitales de Estados Unidos, se ha observado una disminución en la mortalidad por cáncer de mama en mujeres menores de 50 años. Sin embargo, algunos argumentan que esto se debe a un óptimo examen clínico y tratamiento en lugar de mamografías a mujeres de 40 años, además, los estudios aleatorizados no han demostrado un efecto significativo en la reducción del cáncer de mama al realizar cribado en mujeres de esa edad.
El USPSTF se basa en modelos estadísticos que sugieren una reducción relativa del 25% en la mortalidad por cáncer de mama con la detección mamográfica, lo que contrasta con los resultados de los ensayos aleatorizados, que muestran una reducción relativa del 16% en el mejor de los casos. Esto plantea dudas sobre si el cambio de recomendación está respaldado por suficientes pruebas.
Mamografías en mujeres jóvenes generan falsas alarmas que conllevan a tomar más biopsias, costos adicionales, estrés y miedo significativo en las mujeres
El beneficio modelado de la mamografía para mujeres de 40 años demuestra una reducción de riesgo de morir por cáncer de mama en 10 años de aproximadamente un 0.2% a 0.3%, lo que representa una diferencia significativa. Además, se señala que las mamografías en mujeres jóvenes resultan en falsas alarmas, lo que conduce a más tomas de biopsias y costos adicionales. y conlleva a que algunas mujeres presenten niveles de estrés y miedo significativos debido a pruebas consideradas falsos positivos.
Se cuestiona si en lugar de cambiar las recomendaciones de mamografía se debería permitir a las mujeres tomar decisiones basadas en su propia experiencia y evaluación con la información disponible, es decir, crear verdaderos recursos educativos para que las mujeres estén bien informadas, no solo centrándose en la necesidad de realizar una prueba de tamizaje, sino garantizando que las mujeres conozcan los factores de riesgo y reciban el mejor tratamiento posible al momento del diagnóstico.
El debate continúa y plantea importantes preguntas sobre la eficiencia e impacto de las mamografías en mujeres jóvenes y reta a los médicos a evaluar, según su experiencia, la necesidad de esta.