Asociación entre infiltración de células B y resultados de supervivencia en carcinoma de células escamosas de cabeza y cuello tras la inhibición de PD-1
Fecha
4 may 2024
Resumen
La investigación se centra en comprender mejor la infiltración de células inmunitarias en el tejido tumoral antes y después de la inmunoterapia. Se busca identificar marcadores adicionales, como la infiltración de linfocitos T y B, que puedan mejorar la capacidad de predecir la respuesta al tratamiento y personalizar aún más la atención para los pacientes con cáncer de cabeza y cuello recurrente/metastásico.
El cáncer de cabeza y cuello es una carga creciente para la salud global, con pronósticos variados dependiendo de la etiología. A pesar de los avances en tratamientos multimodales, el cáncer recurrente/metastásico sigue siendo desafiante. Los inhibidores de los checkpoints inmunitarios, aunque son parte del tratamiento estándar, muestran una tasa de respuesta limitada.
La expresión de PD-L1 se ha convertido en un biomarcador crucial para la inmunoterapia del cáncer de cabeza y cuello. Sin embargo, no es completamente predictivo de la respuesta al tratamiento, lo que sugiere la influencia de otros factores tumorales y del huésped. La caracterización del microambiente inmunitario tumoral (TIME) puede proporcionar información adicional sobre la respuesta a la inmunoterapia.
La investigación del Dr. Niki Gavrielatou y colegas se centró en comprender mejor la infiltración de células inmunitarias en el tejido tumoral antes y después de la inmunoterapia. Se busca identificar marcadores adicionales, como la infiltración de linfocitos T y B, que puedan mejorar la capacidad de predecir la respuesta al tratamiento y personalizar aún más la atención para los pacientes con cáncer de cabeza y cuello recurrente/metastásico.
El estudio incluyó una población de 60 pacientes con cáncer de células escamosas de cabeza y cuello (CCECC) primario, inscritos en el estudio observacional de biomarcadores NCT03652142, ejecutado en el Hospital Universitario Attikon, Universidad Nacional Kapodistriana de Atenas, entre 2017 y 2019.
Se evaluaron biopsias de tejido y muestras de sangre periférica en tres momentos clave: al inicio, después de dos ciclos de nivolumab (240 mg IV cada 2 semanas) y en la progresión de la enfermedad.
Se adquirieron imágenes de Inmunofluorescencia y datos de mRNA in situ obtenidos del microarray YTMA496 y se realizaron análisis univariados de SG y SLP en densidades de células inmunes antes del tratamiento, tanto en compartimentos tumorales como estromales, utilizando marcadores CD8þ, CD3þ/CD8, FoxP3þ y CD20þ para células citotóxicas, células T auxiliares CD4þ, células T reguladoras (Tregs) y linfocitos B, respectivamente. Se analizaron un total de 45 biopsias basales. La densidad de células B CD20þ en el estroma, pero no en el compartimento tumoral, se asoció con una SLP prolongada. Además, la infiltración de células plasmáticas alta en las muestras de biopsia pretratamiento también se relacionó con una SLP prolongada. Estos hallazgos resaltan el papel esencial de la diferenciación terminal de las células B en la producción de anticuerpos en la mejora de la eficacia terapéutica del nivolumab.
Por otra parte, la combinación de la positividad de PD-L1 y la densidad de células B CD20þ estratificó mejor a los pacientes, demostrando una ventaja significativa en la supervivencia para aquellos con tumores doblemente positivos en comparación con los negativos para ambas características. Además, se observó una asociación entre la densidad de células B CD20þ y la formación de estructuras linfoides asociadas al tumor (TLS), aunque la presencia de TLS no se asoció significativamente con la supervivencia.
También, el análisis de genes reveló que las células B en el estroma podrían indicar la respuesta al tratamiento. Se observó un aumento en tumores con un perfil "inflamado inmunológicamente" después de la inmunoterapia, pero esto no se asoció directamente con una mejor respuesta al tratamiento.
Después del tratamiento, hubo un aumento en la infiltración de células T en el tumor, indicando una mejor respuesta inmune. Sin embargo, la expresión de PD-L1 no mostró una correlación clara con la respuesta al tratamiento. Se necesitan más estudios para confirmar estos hallazgos.
Y aunque se observaron cambios en el perfil inmunológico después del tratamiento, la asociación con la respuesta clínica no fue concluyente. Se requieren muestras más grandes para comprender completamente el impacto de la inmunoterapia en el cáncer de cabeza y cuello.
Además, el análisis de células mononucleares de sangre periférica antes del tratamiento identificó fenotipos de células inmunes asociados con la respuesta a los inhibidores de los puntos de control inmunitario. Se encontraron poblaciones aumentadas de células T CD8þ y CD4þ proliferantes, junto con células B CD21/bajas, correlacionadas con la respuesta al tratamiento. Además, los niveles de plasmablastos periféricos estuvieron asociados con el beneficio clínico.
En conclusión, este estudio destaca el papel significativo de las células B estromales y su correlación con la supervivencia libre de progresión en pacientes con CCR de cabeza y cuello tratados con inhibidores de los puntos de control inmunitario. El enriquecimiento estromal con genes asociados a células B en los tumores de respondedores sugiere su posible contribución a respuestas inmunes antitumorales, proporcionando pistas importantes para el desarrollo de biomarcadores y terapias dirigidas en este contexto clínico.