¿Pueden los marcadores pronósticos actualmente conocidos para cáncer esofágico y gástrico guiar tratamientos clínicos?
Fecha
21 oct 2024
Resumen
Una revisión liderada por la Dra. Victoria Kunene, del University Hospitals Birmingham, Australia, analiza los marcadores pronósticos en cáncer esofágico y gástrico. Aunque se han introducido nuevos tratamientos y se han identificado aberraciones genómicas, los resultados siguen siendo desfavorables. La revisión examina los motivos de la falta de adopción clínica y propone mejoras futuras.
El cáncer esofágico y gástrico (CE y CG) son enfermedades heterogéneas con una elevada mortalidad, superando el medio millón de fallecimientos anuales. Aunque la secuenciación genómica ha permitido identificar diversas aberraciones moleculares, estas no se han traducido en herramientas pronósticas de uso clínico.
Por eso, un equipo que trabaja en el University Hospitals of Birmingham NHS Foundation Trust decidió hacer un análisis de los marcadores actualmente identificados para dar un panorama si estos pueden ser validados e implementado ampliamente en la práctica clínica.
Se realizó una búsqueda exhaustiva en PubMed de estudios publicados entre 2016 y 2023. Se incluyeron estudios sobre biomarcadores genómicos que evalúan cáncer esofágico y gástrico en ensayos clínicos y revisiones sistemáticas. Se excluyeron estudios sin datos sobre supervivencia o con menos de dos estudios en las revisiones.
En cuanto a cáncer esofágico, se conocen dos tipos histológicos: el carcinoma de células escamosas (OSCC) y el adenocarcinoma (OAC). Las mutaciones recurrentes de estos tumores incluyen TP53, KRAS y EGFR. Entre los marcadores considerados de buen pronóstico se encuentran el estado de inestabilidad microsatélite alta (MSI-high), la sobreexpresión de p16INK4A y E-cadherina. Por otro lado, entre los marcadores de mal pronóstico destacan c-Met, STMN1 y TP53, asociados a una peor supervivencia global.
En el cáncer gástrico, los subtipos moleculares incluyen tumores EBV positivos, MSI y con inestabilidad cromosómica (CIN). El subtipo MSI tiene el mejor pronóstico, con una supervivencia del 77.5% a los 5 años. Los marcadores de mal pronóstico incluyen la sobreexpresión de ARID1A, FGFR2 y FOXM1, asociados con una proliferación celular descontrolada y una peor supervivencia.
Aunque los estudios identifiquen importantes varios marcadores para guiar el diagnóstico y el tratamiento, la falta de adopción clínica de estos se debe principalmente a la falta de validación prospectiva, la heterogeneidad en los estudios, y la ausencia de herramientas económicas y reproducibles para su uso rutinario.
Para mejorar esta situación, se propone validar, de manera prospectiva, los biomarcadores en estudios clínicos aleatorizados, desarrollar paneles más accesibles y asegurar la integración de herramientas genómicas con la práctica clínica mediante el uso de firmas genéticas que puedan estratificar mejor a los pacientes y optimizar los tratamientos disponibles.